(repongo este post de ayer por la mañana. Blogger y la puta que te parió)
Pino me encanta. Ahora recorre la CABA como si no fuera una vergüenza la actitud de recular dejando en pelotas a muchos de los que lo apoyaron en su aventura presidencialista. El desprecio parece ser su costado más emergente en los últimos tiempos. Basta decir que preanunció su nueva candidatura en Buenos Aires defenestrando a su compañero Lozano, quien otrora y según sus propios dichos era la mejor opción para los porteños. Ni hablar de su opinión acerca de la calidad del voto de los ciudadanos del interior. Probablemente esta ‘reflexión’ sea la que lo decidió a bajarse a la ciudad, donde los votantes, elección tras elección nos demuestran su enorme capacidad para elegir lo mejor. Debería, creemos, replanteárselo, dado que no hace tanto prefirieron a Macri por sobre Proyecto Sur entre otras propuestas también derrotadas. Será que confía en que, esta vez, TN le ayude a forzar a los bien educados porteños a recapacitar, recuperar el sentido común y manifestar su superioridad intelectual votándolo en masa. Para mí, que cuando tampoco les sirva para frenar el avance del Frente para la Victoria en la CABA no lo van a llamar ni para que saque las bolsas de basura de los estudios, pero él cree que son amigos suyos. Pobre viejo culto…
Prueba del descubrimiento que Pino experimentó con respecto a las diferencias cualitativas entre las personas, es la notable metamorfosis que gustosamente está sufriendo y que rápidamente los está transformando en algo cada vez más parecido a la Reina Isabel de Inglaterra.
Aquí una foto en campaña :
Aquí el juego de Proyecto Sur, ideal para los niños del votante calificado.
Buscando a Pino:
Ya sé. Es una pelotudez.
Pero no puedo hacer nada mejor porque voto a Cristina y a los candidatos del FPV.
Sí, Pino, lo sé. Soy un negro cabeza de tacho.
Que cagada que la democracia no contemple las diferencias de calidad entre tus votantes y los nuestros. Mientras no corrijamos ese terrible defecto del sistema y el voto tuyo siga valiendo tanto como el mío, invariablemente te vamos a romper el orto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario