La ciudad de B.A. es un bastión de la ideología política que ha llevado a la exclusión más cruda, en diversos períodos, de todos los sectores que, simplemente, no son parte del poder económico y que no son vistos por ese poder más que como eternos tributarios de su supremacía. Creo que nuestro papel en ese territorio es hoy, y lo será por mucho tiempo, el de una fuerza ideológica de asedio que no permita la expansión, que contenga y acote el poder que allí se amuralla. Seamos concientes de que nuestra fuerza se despliega con mayor solidez e identidad en el conjunto del territorio nacional y que es en el sostenimiento de esa ventaja donde debemos basarnos para asegurar la continuidad del proyecto de gobierno. En ese sentido, creo que es importante consolidar el 31 de julio el núcleo -nada despreciable- de alrededor del 40% que quedará a cargo de la tarea de mantener a raya los despropósitos que sin duda emprenderá en adelante el espasmódico bailarín Mauricio. Pero no dejemos que tan fácilmente se desplace el eje de la discusión a nivel nacional como si fuera real que los ánimos de la población de todo el país fueran subordinados reflejos de de las alegrías y mezquindades de una ciudad que históricamente los ha despreciado y los desprecia, al punto de llegar a esgrimir frecuentemente como razón de sus incapacidades, la simple confluencia diaria de provincianos hacia sus escuelas y hospitales.
No estoy de acuerdo en que deberíamos haber interpretado mejor al electorado mostrando una cara más atractiva de acuerdo a sus características. Esta es la cara que tenemos, con todos sus defectos, verdadera y franca. Claro que hubo enormes errores en el trabajo territorial y que no hemos sabido mirar con la precisión de enfoque necesaria a cantidades de ciudadanos que tal vez no nos votaron por el simple hecho de que jamás les llegamos de manera directa, con beneficios que pudieran ser fácilmente palpables desde sus particulares ideosincrasias que no por ser diferentes a lo que a primera vista consideramos afín ideológicamente, carecen de pertenencia popular; muchas veces, a pesar de sus propias aspiraciones o fantasías.
Miles de cosas para mejorar. Por supuesto.
Pero no perdamos de vista que la cuestión que definirá los cuatro próximos años no se llama Buenos Aires. A trabajar en el resto del país y mucho, que Buenos Aires con todo su desprecio hacia el interior, no puede convertirse en guía de las conciencias de nadie.
Mientras tanto, dejemos que Mauri siga festejando con su bailecito estúpido y criminal.
14 comentarios:
Aplausos prolongados. ¿donde firmo?
Estamos de acuerdo.
No creo que el FpV en la CABA haya necesitado mostrar a Filmus como un producto de marketing que no es, sino trabajar más en el territorio.
Respecto al resto del país, CFK va a poner el cuerpo en Santa Fe por Rossi.
Un abrazo.
Fijate Argentino si miran con desprecio si hasta el candidato con apellido de árbol menosprecia los votos provincianos.
La próxima habrá que enfocar al circo que es lo que les gusta a una
gran mayoría en la CABA.
Un abrazo
Muy buen post acuerdo en un 100% lo voy a poner en un link destacado en mi página.
Un abrazo
¡Postazo!Suscribo totalmente.
Brillante entrada argentino, comparto en su totalidad!!!
Un abrazo.
Tan en sintonía estoy con su post, que me permito invitar a sus lectores a debatir en necodata algunas ideas que quisiera discutir con los compañeros. Un abrazo.
Gracias, Rucio.
Compañerazo.
Ricardo, me parece que la experiencia de la CABA nos pone sobre aviso en Santa Fe. Cristina juega en el interior y mucho.
Un abrazo
Roberto, seguiremos molestando en la CABA hasta convencer, lleve el tiempo que lleve, hasta terminar con ese circo.
Un abrazo, amigo.
Profesor, muchas gracias compañero.
Gracias, Moscón!
Un abrazo
Gracias, compañera Sibaris.
Un abrazo!
Con gusto, Atilio.
Un abrazo.
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