miércoles, 8 de junio de 2011

Pobre Obama

Como todos ustedes saben, las vergonzosas fuerzas de la OTAN lanzaron ayer una lluvia de bombas sobre Trípoli, más precisamente sobre sus habitantes y locaciones, estratégicas algunas, comunes y corrientes otras. No considero necesario ahondar sobre la inmensa tragedia que esto representa para cualquier población humana, ni sobre la dolorosa tristeza que se hace inevitable al reconocerlo. Descuento que ustedes, personas de bien, comparten tales sentimientos. Pero la cuestión se hace más difícil aún, porque no ignoramos que hay guerras y guerras y, si bien  en ningún caso podrían ser deseables, las hay ineludibles y, cómo no,  también y más frecuentemente las hay caprichosas y oportunistas, impiadosas y devastadoras, adictas a su propia naturaleza, convirtiéndose de hecho en el reflejo y la expresión más fiel de quienes las deciden y ejecutan. Este último, me parece, es el caso de este engendro monstruoso que la Liga Internacional de Asesinos enmascarada en la sigla N.A.T.O.  despliega furiosamente sobre el pueblo libio. ¿Quién es hoy el hijo de puta que se atreve a sostener que el objetivo es la liberación de ese pueblo, como debimos soportar escrito y dicho en medios internacionales y sus abortos arrojados en nuestros subdesarrollados países que los replicaron por semanas? ¿Procede aún la discusión que se hizo bandera de los repetidores bobos, aficionados o profesionales, que sostuvieron en cuanto foro existe que el asunto era que Ghadafi es un dictador y que había que apoyar a quienes se rebelaban porque si no uno era un forro, amante de los autoritarismos, explicándose así, tan falaz y deficientemente, las simpatía política hacia este gobierno y el apoyo a otros de signo similar en nuestra región? La pregunta está de más. De acuerdo.
Al tiempo que Trípoli humeaba y lloraba, ayer se reunieron en Washington el candoroso Obama y la austera y fea canciller alemana Angela  Merkel. Luego de prodigarse alabanzas mutuas como hace tiempo no se ve entre dos mandatarios que no mantengan clandestinas relaciones sexuales, Obama pasó a decribir, entre otras, la situación en Libia con exagerado optimismo, extremadamente cancherito, disimulando así su totémico temor al fracaso, que como todos saben lo asalta en sus sueños, en los que se asusta a sí mismo convertido en un negro keniata pobre, como sus antepasados



y sostuvo que todo estaba saliendo como esperaba y que Ghadafi no tardaría en abandonar territorio libio, tal como debe hacer. Y no se privó de aclarar que ese era su aporte para la liberación del país africano.
Ni lenta, ni perezosa, Angela se apresuró a apoyarlo, pero velando sin mucho esmero una advertencia. Coincidió en que las cosas estaban muy bien encaminadas y que Ghadafi estaba cerca de sufrir la derrota final, cosa de la cuál se felicitó; remarcó que su país estaba acompañando tal proceso y que prueba de ello es su presencia allí, y dejó claro que en cuanto esto se resuelva, es decir, tras la salida del gobernante libio,”va a haber mucho por hacer en Libia”. Glotona. No sea cosa que pretendan quitarle el bocadito del buche.

Terminaron entonando el conocido cántico que reza: “Para el pueblo lo que es del pueblo, o sea arena y nada más, y para nosotros el petróleo y los negocios de las grandes constructoras”. Todo muy emotivo. 

Casi en simultáneo, el presidente de la Reserva Federal, Ben S. Bernanke,  daba una conferencia en Atlanta, y anunciaba que el banco central debe mantener el record de estímulo monetario  para impulsar una "desigual " y "frustrantemente lenta"  recuperación económica. 
                          (aquí lo vemos padeciendo la crisis en carne propia)
                "La economía sigue recuperandose a niveles muy por debajo de su potencial y, en consecuencia, las políticas monetarias acomodaticias siguen siendo necesarias".
Para mí que esto tiene algo más que ver con la guerra en Libia que el propio Ghadafi; pero yo soy un pobre negro cabeza de tacho, peronista y devoto de Néstor y Cristina. Por eso no entiendo. Y debe ser por eso también, que tiendo a creer que a Strauss Khan lo recagaron y le dieron vía libre a Zarkozy, que no sólo impulsa el ataque sino que quiere terminarlo rapidito y apuesta a la rápida eliminación de Ghadafi, su muerte digo, y que queden bien sepultados sus vínculos comerciales con él, mientras nos olvidamos que es el preferido de la casa blanca, nos acostumbramos a un conflicto que no nos esforzamos por comprender, y aportamos nuestra indiferencia dándole a nuestros países el respaldo necesario para permanecer en silencio ante el crimen.

Les dejo un video con el mensaje de Ghadafi a su pueblo luego del bombardeo. Cuesta no reírse del caballero que gallardamente interpreta para los compañeros sordomudos, pero hagamos ese esfuercito que vale la pena.
 
Les recomiendo especialmente el blog  Leonor en Libia , imprescindible para el tema.



1 comentario:

Monic dijo...

Que triste es todo!!

Monica de Lenceria-sexy

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