domingo, 19 de junio de 2011

Leonor y las bombas de hoy sobre los niños de Trípoli

La OTAN sigue...

 
Todos los imbéciles que vienen repitiendo que Ghadaffi es un dictador que debe caer, horrorizados por su permanencia de cuatro décadas, nunca tienen nada que señalar de las atrocidades cometidas por los países que ostentan el poder de la sangre y el fuego, derramando democracia recubierta de uranio empobrecido alrededor del mundo.
Libia se desangra ante los ojos indiferentes de los pueblos que parecen ignorar que integran la lista de futuras víctimas de la voracidad indolente del imperio. No tiene objeto reclamar que reaccionemos, pero invito a la mínima reflexión que nos permita no ser cómplices inconcientes de semejante infamia
 
Un minuto de recogimiento por los niños libios destrozados por las bombas de la OTAN.
 
Una eternidad de desprecio por los asesinos de la Alianza Democrática del Terror.

2 comentarios:

Unknown dijo...

El silencio cómplice apañó 1.300.000 armenios asesinados por los turcos. La iglesia no denunció la muerte de 6.000.000 de judíos y 600.000 gitanos y una cifra indeterminada de enfermos mentales por los nazis.Shhh no hablemos de los 300.000 civiles japoneses asesinados en Hiroshima y Nagasaki (en minutos ) Que malos eran los 170.000 Iraquíes asesinados en Tormenta del Desierto. ¿Cuantos serán ahora?
¿Y los 30.000 argentinos muertos por la Junta Militar?¿No éramos derechos y humanos Grondona?
¿Y los incontables asesinatos de Stalin? Ah! no esos fueron denunciados, porque ese era malo, no como los otros.

Asesino serial es asesino serial, esté del lado que esté, tenga la ideología que tenga.

argentinolibre@hotmail.com dijo...

Exacto, Atilio. Hablamos del asesinato en masa como primer y último argumento de dominio. ¿"Política intenacional"? Una burda entelequia.

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